Riesgos de Internet para menores

Internet es un espacio digital que muchas veces puede ser beneficioso para muchas personas, sin embargo hay escalas totalmente oscuras dentro de ella.

Internet es un mundo prácticamente sin fronteras, donde se puede acceder a cualquier información o herramienta, y por ello es importante como padres estar al tanto de cuáles son los riesgos que tiene Internet para los menores, y cómo evitar en la medida de lo posible que nuestros hijos hagan algo que no deben.

Muchas veces por falta de tiempo, otras por desconocimiento, los padres no están al tanto de lo que hacen sus hijos ni de los peligros a los que están expuestos.

Lo primero y más importante, cuando a un niño o adolescente se le permite usar por su cuenta su teléfono o tablet, es explicarle bien cuáles son estos riesgos y cómo evitarlos.

Y no se trata de asustarlo, sino que de antemano sepa cuál es la realidad y entienda los riesgos de cada una de las situaciones, los por qués y las consecuencias, evitando así que pueda ser engañado por terceros, o que haga algo que le vaya a afectar personalmente.

Prohibir no suele ser la solución, sobre todo a ciertas edades, ya que puede ser incluso peor. Los hijos intentarán hacer aquello que no les dejamos en algún otro lugar o a escondidas, y aquí ya habremos perdido el control.

Información no apta para menores

Hay ciertos tipos de contenidos que de ser visualizados pueden afectar incluso a personas adultas, por lo que un menor puede quedar bastante traumatizado según lo que vea.

Si hablamos de contenidos violentos o sangrientos, a los más pequeños se les puede recordar lo mal que lo pasan por la noche cuando han visto algún video “de miedo”.

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Contactar con gente sin buenas intenciones

Las plataformas de chateo (conversaciones online mediante texto o video) pueden ser muy divertidas, ayudan a conocer gente de cualquier lugar, conocer otras culturas, aprender….

Pero al mismo tiempo entrañan un gran riesgo, ya que hay depredadores que dicen ser quien no son (sexo, edad, lugar…), para así conseguir algo del menor con quien han contactado, tanto material audiovisual, como verse en persona.

Aquí hay que hacer mención a la importancia que tiene no dar datos que puedan permitir a un tercero acceder al menor en persona. Si se menciona el colegio donde estudia, alguien podría intentar acudir para una toma contacto. Cuando se dan ciertos datos personales, es mejor limitarse al nombre de la ciudad.

Estas plataformas de chateo llaman la atención de los niños enseguida, por lo que si son hijos pequeños, cuando muestren interés por estas herramientas, una buena forma de introducirles es hacerlo junto a ellos, a modo de juego. Invitarles a que pregunten algo a la otra persona, o ayudándoles a responder, y así en cuanto notemos algo raro en los mensajes recibidos, podemos desconectar y explicarles por qué lo hemos hecho, de forma que no caiga en engaños y vaya aprendiendo a cómo comportarse cuando esté a solas.

Acosar o ser acosado

Gracias al anonimato que ofrece Internet, el acoso está a la orden del día, sobre todo entre los menores de edad.

Saber si nuestro hijo está acosando a alguien es difícil excepto que tengamos acceso a sus mensajes o conversaciones. En algunas ocasiones es posible que incluso lo hagan sin ser conscientes del daño que están causando, sobre todo cuando es en grupo.

Lo esencial es que tengan claro que hay una diferencia entre bromear con alguien que se toma bien las cosas, o no parar de insultar o faltar el respeto a alguien que demuestra claramente que no le gusta lo que le está pasando. Básicamente, no ser malos con quien no se lo merece.

VIOLENCIA DIGITAL – OVIGEM

Juegos o retos virales peligrosos

A estas alturas seguro que prácticamente todos hemos leído alguna noticia sobre retos virales que han causado daños graves e incluso muertes.

Se trata de juegos que empiezan como algo sencillo, y se van complicando. Son retos que se hacen online, que empiezan con cosas como parar a alguien por la calle y preguntarle la hora, pasando por realizarse cortes en el cuerpo, y en algunos casos hasta saltar desde un edificio como última prueba.

Los 10 retos virales más peligrosos de YouTube - AS.com

Compartir fotos o vídeos exhibiéndose

Es más habitual de lo que creemos que los menores compartan imágenes suyas exhibiéndose.

Hay aplicaciones de chat en vídeo donde un usuario emite desde su cámara mientras otros usuarios conectan para ver al emisor, y que funcionan mediante sistemas de puntos o regalos que los visitantes envían al emisor. Es frecuente que menores de edad acepten peticiones de enseñar algo, e incluso se ofrezcan, a cambio de puntos o regalos.

Sabiendo esto, como padres es importante transmitirles que hacer eso puede ser muy peligroso. Aunque en ese momento lo consideren como algo sin importancia, tienen que tener constancia que estas emisiones suelen ser grabadas, y las fotos y vídeos pueden acabar en algunas páginas de Internet.

Realizar compras online

Tener instaladas en el móvil o tablet aplicaciones como Amazon, Wish, AliExpress, etc. puede entrañar un riesgo si no se toman las medidas de seguridad apropiadas. Un menor, aún sin mala intención, puede acceder y buscar productos, agregarlos a la lista de compra y realizar el pago.

Lo más recomendable es configurar la aplicación (si lo permite) para que requiera algún tipo de clave. Otra opción es bloquear la apertura de la aplicación entera mediante PIN o huella dactilar.

Pero no sólo las aplicaciones de compra suponen un riesgo. Hoy en día prácticamente todos los juegos de móvil o tablet denominados gratuitos utilizan el sistema pay-to-play, que básicamente significa pagar por jugar.

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Aplicaciones de control y seguridad

El propio sistema operativo del dispositivo, bien se Android, Mac o Windows, suele ofrecer opciones de seguridad, aunque en algunos casos limitadas. Existen aplicaciones que permiten configuraciones más avanzadas dando a los padres más control.

Puede ser interesante por ejemplo no permitir la apertura de navegadores web (para el caso de niños pequeños), impidiendo así que puedan navegar por su cuenta. También podemos impedir la apertura de determinadas aplicaciones, bloqueando con un PIN o huella dactilar (banca, redes sociales, compras, etc.).

De este modo cuando le dejamos un móvil o tablet podemos estar tranquilos sabiendo que no va a abrir un navegador y ponerse a buscar cualquier cosa, ni acceder a determinadas aplicaciones o contenidos.

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